Así, la película de aventuras de Carpenter llegaba en pleno diciembre como la gran apuesta de la 20th Century Fox para arrasar las taquillas navideñas de 1986, pero algo falló... la película fue un fracaso en taquilla y con ella se hundieron las expectativas de Carpenter de jugar en las grandes ligas. Por segunda vez (el primer fracaso que tuvo con una major fue con La Cosa (The Thing, 1982)). Inexplicablemente la cinta no tuvo el éxito que se esperaba, y eso que tenía todas las de ganar; un divertidísimo argumento de ascendencia pulp, buenos efectos especiales que nada tenían que envidiar a las producciones de Spielberg y unos personajes inolvidables, pero no fueron razones suficientes para arrastrar al público a las salas comerciales.
Con los años, su rescate en los videoclubes de la época y los sucesivos pases en televisión le han otorgado el estatus que realmente merecía, pero para Carpenter fue demasiado tarde. Si me preguntan a mí creo que el principal motivo de su fracaso comercial fue el rol que le otorgó el propio Carpenter a su "protagonista", el gran Kurt Russell. En una época de héroes hipertrofiados, de Rambos y de Commandos, el bueno de Kurt cumplía perfectamente con el estereotipo, pero su papel era... "raro". Siendo el protagonista de la cinta, nunca llega a ser el héroe de la misma, acaba pasando ese rol a su compañero Wang Chi (Dennis Dun) por pura torpeza, y en las principales escenas de acción se las pasa inconsciente. Eso despistó al público de la época, que se esperaba al típico héroe musculoso disparando su ametralladora y cargándose a un montón de chinos, y el cachondo de Carpenter les dio justo lo contrario.
Afortunadamente como digo, el tiempo la ha puesto en su sitio y John Carpenter ha vivido el tiempo suficiente para ver reivindicada merecidamente toda su obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario